Hoy quiero hablaros del papel pintado.
Lo sé, lo sé, tenía que haber publicado hace un montón y no lo he hecho, no me regañéis, jaja. A partir de ahora publicaré semanalmente, mínimo un post, para contaros cositas.
No sé porque pero yo le tenía muchísima manía, me hablaban de papeles pintados y automáticamente mi cabeza se iba a “Cuéntame” y pensaba en papeles pintados recargados y horrorosos, pero obviamente los tiempos cambian (gracias a Dios).
He de reconocer que ahora los hay monísimos, y este que os enseño hoy está muy de moda y la verdad que me encanta, se pone muchísimo en oficinas, por aquello de darle un toque de color y quitarle rigidez a un espacio.
Pero navegando por Pinterest descubres muchísimas más opciones sobre donde ponerlo, yo estoy planteándome colocarlo en el cabecero de la cama, es decir, quitar el cabecero que me hice hace un par de años y solo poner el papel en toda la pared, pero es cierto que me da un poco de miedo cansarme rápido de él, porque como ya sabéis las modas cambian a una velocidad de vértigo y algo que hoy te encanta en una semana lo estas odiando desde lo más profundo de tu ser, jajaja.
La verdad es que no se me hubiera ocurrido ponerlo en una habitación infantil, ni en un baño. Aunque claro en un baño tendría que ser en un aseo, sin ducha ni bañera, porque con la humedad seguro que se acabaría estropeando mucho antes, o al menos despegando seguro.
Y en una habitación infantil siempre que ponemos papel tiramos más hacia los típicos papeles con los colores pastel o con motivos dirigidos a los más pequeños.
Lo que si que no soy partidaría es de poner una estancia entera con papel, me resulta muy recargado (todo depende del papel obviamente), pero en general me gusta más cuando se pone en una sola pared para darle mayor protagonismo.
Buenos solo quiero desearos un muy buen fin de semana y palabra que a partir de ya, me pongo las pilas con esto, es que no he parado ni un momento.
Un beso enorme y gracias por vuestro tiempo
Fotografías: Pinterest